noviembre 5, 2024

Investigadores británicos encontraron un área en el cerebro, directamente implicada con la enfermedad de Alzheimer y la esquizofrenia, lo que abre las posibilidades a un diagnóstico temprano de las personas en riesgo.

Por ahora resulta difícil para los médicos predecir quién podría desarrollar cualquiera de ambas condiciones, sin embargo científicos de la Universidad de Oxford identificaron -mediante imágenes- una región cerebral que tiene qué ver con ello.

Se trata de un área del cerebro que se desarrolla al final de la adolescencia y se degenera rápidamente cuando comienza el envejecimiento, y aunque ha sido identificada aún se necesita mucha más investigación, advierten los investigadores.

El equipo de expertos, dirigidos por el doctor Gwenaëlle Douaud de la Universidad de Oxford, analizó imágenes de resonancia magnética de 484 voluntarios sanos de entre 8 y 85 años para examinar la forma natural en que el cerebro cambia con la edad.

La imágenes revelaron un patrón común, las partes del cerebro que fueron las últimas en desarrollarse también fueron las primeras en mostrar signos de deterioro relacionado con la edad.

Estas regiones del cerebro -una red de células nerviosas o materia gris- coordinan la información “de orden superior” procedente de los diferentes sentidos, como la vista y el oído, de acuerdo con reportes de la cadena británica de noticias BBC de Londres.

Empero, cuando los investigadores analizaron las exploraciones de enfermos de Alzheimer y las correspondientes a pacientes con esquizofrenia, encontraron que las mismas regiones del cerebro se habían alterado.

El hallazgo, publicado también en la revista especializada PNAS, concuerda con lo que otros expertos habían sospechado, que aunque son distintas, el Alzheimer y la esquizofrenia están vinculados.

El profesor Hugh Perry, del Consejo de Investigación Médica (CIM), refirió que “antes los médicos llamaban esquizofrenia a la demencia prematura, pero no había evidencia clara de que las mismas partes del cerebro estaban asociadas con dos enfermedades diferentes”.

Este amplio y detallado estudio proporciona un importante vínculo entre el desarrollo, el envejecimiento y los procesos de enfermedad en el cerebro, destacó.

Ello plantea cuestiones importantes acerca de los posibles factores genéticos y ambientales que pueden ocurrir en la vida temprana y luego tener consecuencias para toda la vida.

“Cuánto más podamos averiguar sobre estos trastornos difíciles, más podremos ayudar a los enfermos y sus familias”, enfatizó.

 

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