Sudáfrica recordó hoy con una ceremonia de bajo perfil pero muy emotiva la figura de Nelson Mandela, cuando se cumple un año del fallecimiento del primer presidente post-apartheid del país.
«Cuando se fue, dijo: ‘los dejo en paz, y quiero que vivan en paz'», recordó su viuda, Graca Machel, a los familiares y dignatarios reunidos en la sede del gobierno sudafricano en Pretoria.
«La paz es el legado que nos dejó», añadió Machel, quien subrayó que Sudáfrica aún tiene «un largo camino por delante para superar sus divisiones raciales, étnicas, religiosas y de género».
Ahmed Kathrada, amigo durante muchos años de Mandela, señaló que el ex presidente era tanto «orgulloso como sencillo» y que será recordado por «su humanidad y su valentía».
Parientes, amigos, miembros del gabinete, mujeres y niños depositaron coronas de flores al pie de la estatua de Mandela que está en los jardines de la sede del gobierno, donde se habían reunido numerosos ciudadanos.
El programa incluyó también tres minutos de silencio, el repicar de campanas, un discurso del vicepresidente Cyril Ramaphosa y plegarias interreligiosas. Hubo ceremonias similares en todas partes del país.
Mandela, el primer presidente negro de la nación, murió el 5 de diciembre de 2013 a los 95 años, 27 de los cuales los pasó en la cárcel por luchar contra el sistema segregacionista del apartheid.
Tras salir de prisión en 1990, Mandela buscó la reconciliación y una nueva Sudáfrica con los mismos derechos para negros y blancos.
Después del colapso del régimen del apartheid que duró 46 años Mandela ganó las primeras elecciones democráticas celebradas en 1994 y estuvo al frente del gobierno durante cinco años.