Tres fuertes explosiones han sacudido la Mezquita Central de la ciudad de Kano, próxima al Palacio del Emir, dejando al menos 120 muertos y 270 heridos, informó el portavoz de la Fuerza Militar Conjunta de esta región del norte de Nigeria, Ikechukwu Eze.
Los explosivos detonaron cuando numerosos musulmanes se preparaban para la oración, y provocó una estampida de fieles que huyeron para buscar refugio, según relataron testigos a los periodistas. Los autores son dos kamikazes.
Las deflagraciones se produjeron en torno a las 14.00 hora local (13.00 GMT), antes de que el imán de la mezquita, Sani Zahradeen, iniciara su sermón.
Inmediatamente después se registraron tiroteos esporádicos, relataron testigos al rotativo ‘Premium Times’. El emir de Kano, Sanusi Lamido Sanusi, es una de las personalidades más influyentes de Nigeria, que cuenta con 80 millones de musulmanes.
«La escena fue simplemente terrible. Había humo por todas partes y la gente corría para salvarse sobre cuerpos mutilados. Había sangre por todas partes», relató a los periodistas Sambo Sani, que vive cerca de la mezquita, situada muy cerca del palacio del emir de Kano.
La policía ha acordonado todo el área y la mezquita ha quedado desierta, mientras que la gran columna de humo que emana de su interior puede verse desde partes alejadas de Kano, capital del estado homónimo.
El ataque todavía no ha sido reivindicado por ningún grupo terrorista. La ciudad de Kano fue golpeada recientemente por un atentado suicida con bomba contra una gasolinera, donde al menos seis personas perdieron la vida.
El atentado en la mezquita de Kano es un ataque contra el propio emir. No es casual: hace dos semanas llamó a la población civil a armarse y combatir a Boko Haram. «Deben conseguir lo que necesiten para protegerse», aseguró Sanusi. «No debemos cruzarnos de brazos y decir que rezar es la única solución». El emir, que hasta hace unos meses era gobernador del Banco Central de Nigeria, no confía en la autoridad gubernamental para solucionar el problema de Boko Haram: «No debemos esperar la ayuda del ejército, porque ellos desertan por falta de motivación y armamento».
El emir también había posado con el cartel ‘Bring back our girls’ (Devolvednos a nuestras chicas) en un claro signo de desafío hacia Abubakar Shekau, el líder de los muyahidines de Boko Haram.
La llamada de Sanusi ha ido calando en la población del estado de Kano y se han creado los llamados grupos Vigilante, milicias civiles armadas de machetes, arcos y flechas y armas de fuego de construcción casera. Algunos de ellos ocupan la entrada y salida de ciudades y ya se han enfrentado con éxito a los yihadistas.