mayo 5, 2024

Mediante la estrategia “Código Infarto” que con el adecuado aprovechamiento de recursos
humanos, materiales y tecnológicos implementó la actual administración estatal, se fortaleció en
Baja California Sur la atención de personas que registran emergencias cardiovasculares y que
carecen de toda seguridad social, con lo que se amplían las posibilidades de mejorar su
pronóstico.
Este esquema de intervención médica, que la Secretaría de Salud de la entidad estableció tras
capacitar a su personal de primer contacto, así como gestionar fármacos y dispositivos
especializados para el adecuado abordaje de estas urgencias, permitió que de octubre a la
fecha se hayan brindado intervenciones oportunas a una veintena de pacientes que mostraron
señales de alerta por ataque cardiaco, dijo la titular de la dependencia, Zazil Flores Aldape.
Para garantizar la operatividad de este modelo de atención se dotó a las cuatro jurisdicciones
sanitarias (que coordinan la operatividad de los centros de salud) con desfibriladores
automáticos y se abasteció a los hospitales foráneos de la Secretaría de Salud con
medicamentos trombolíticos que pueden suministrarse para ampliar la sobrevida de las y los
pacientes, en tanto son canalizados a la Unidad de Hemodinamia del Hospital Salvatierra.
Además se creó un grupo de mensajería digital en el que las y los directivos de hospitales
estatales, cardiólogos de la institución y jefes jurisdiccionales están comunicados en tiempo real
para definir el diagnóstico y manejo de personas con datos de alarma por infarto. Mediante la
suma de estas acciones se han efectuado tres intervenciones quirúrgicas que permitieron salvar
la vida de pacientes, en tanto que otros se han estabilizado y canalizado a otras especialidades
médicas al corroborar que sus afecciones tenían otro causa patológica.
Adicionalmente se aplica la estrategia HEARTS, cuya prioridad es optimizar la detección
temprana y seguimiento de pacientes con problemas cardiovasculares, como es la hipertensión
y elevados niveles de grasa en la sangre, a fin de reforzar su tratamiento farmacológico y
promover la adopción de estilos de vida saludable que reduzcan las posibilidades de padecer
paros cardiacos o derrames cerebrales, finalizó.

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