Qatar gastó cientos de millones de euros en una campaña de un dimensión nunca antes vista para lograr convertirse en la sede del Mundial de fútbol de 2022. Pero, según una investigación de la FIFA realizada durante 18 meses por Michael Garcia, exfiscal de distrito de Nueva York, pudo haber mucho más que eso. En un completo informe de 430 páginas, tras entrevistar a más de 75 testigos de nueve países candidatos, García denuncia irregularidades en el proceso que llevó a la elección de Rusia y Qatar como sedes de los Mundiales de fútbol de 2018 y 2022, respectivamente. Habla de patrocinios sospechosos y “pagos inapropiados” a altos ejecutivos de la FIFA de distintos continentes.
Ayer, Hans-Joachin Eckert, cabeza del brazo resolutorio del comité ético de la FIFA, decidió que esa investigación no aporta suficientes pruebas que justifiquen desposeer a Rusia y a Qatar de sus campeonatos. En su dictamen, que resume en 42 páginas la investigación de García, Eckert sostiene que los incumplimientos de la ley fueron de “muy limitado alcance” y cierra la investigación sobre el polémico proceso de adjudicación.
Al menos, eso es lo que pretende. Porque, nada más conocerse la decisión, Michael Garcia ha salido furiosamente al ataque. Asegura que el dictamen de Eckert tergiversa sus conclusiones y, en una incendiaria intervención, anuncia que apelará él mismo al comité ético de la FIFA. “La decisión del presidente de la cámara resolutoria del comité contiene numerosas representaciones incompletas y erróneas de los hechos y conclusiones detallados en el informe de la cámara investigadora”, ha dicho, sacando a la luz las tensiones entre las dos cámaras –la investigadora y la resolutoria- en que se dividió el comité ético de la FIFA como consecuencia precisamente de las acusaciones de corrupción en el organismo, basado en Zúrich y presidido por Sepp Blatter, durante el proceso que llevó en diciembre de 2010 a la designación de las sedes de los dos próximos Mundiales.
Eckert deja abierta la puerta a eventuales sanciones a determinados individuos, que podrán decidirse antes de la próxima primavera. Pero insiste en no publicar nada más que su resumen de 42 páginas de la investigación de Garcia. Este, a pesar de haber prometido anonimato a determinadas fuentes para animarlas a denunciar, estaría dispuesto a publicar todo lo que fuera posible de las 430 páginas de conclusiones de la investigación que condujo durante año y medio. El conflicto ha dividido también al comité ejecutivo de la FIFA. Varios de sus miembros –incluidos el presidente de la UEFA, Michel Platini, y el representante británico, Jim Boyce- han pedido que el informe se publique en su integridad.